
Dejé el coche a la entrada del pueblo, para patearme de cabo a rabo todas y cada una de sus calles. Así hice . Y tras ver lo típico, la plaza Mayor y el Corral de Comedias (cuna del teatro Español) me adentré por esos callejones que me recordaban a los pueblecitos de las novelas de Valle Inclán. Fachadas encaladas en blanco para soportar el calor sofocante del tío Lorenzo, deseosas de un refrescante aire de brisa mediterránea.

Otro de los encantos que desprende Almagro, son sus encajeras de Bolillos. Arte y tradición centenaria que se siguen traspasando de generación en generación. Es una pasada , lo hacen con los ojos cerrados. Me recuerdan a las manteletas que hacía mi abuela con ganchillo. Como podéis ver en la foto , me colé en la casa de una señora que estaba "faenando" con los hilos. Le pedí permiso y accedió sin ningún problema a enseñarme toda su casa (que parecía un Palacio). Su patio interior, con los utensilios de labranza, los balcones enrejados con sus claveles rojos ...
Un rincón deseoso. Un tesoro que se mantiene resguardado para que no se supere de aglomeración de gente - más que cuando tienen el Festival del Teatro Clásico del mes de Julio - Evento destacado que se celebra al inicio veraniego, al cual acuden personas de toda España y las entradas se reservan de un año para otro porque están muy solicitadas.
En fin , que os puedo contar , que si alguna vez tenéis oportunidad , no lo dejéis pasar por alto.
Un beso y feliz día.
(c) La Perra